El poeta esmeraldeño Antonio Preciado llegó a Guayaquil el lunes pasado con su portentosa voz, con la fuerza de sus versos, con el orgullo de su raza negra. Vino invitado por la Espol, institución donde ofreció un recital de poesía. De esa poesía que habla de su yo, de sus ancestros, de su cultura, de sus convicciones humanas y políticas y de sus anhelos de justicia.