Este domingo, 21 de abril, los ecuatorianos irán a las urnas con el ánimo marcado por la crisis y la incertidumbre por el presente y futuro. La antesala de la decimocuarta consulta popular que se realizará en país, desde el retorno a la democracia, se ha desenvuelto en un contexto político caótico, a veces impredecible, que ahonda el panorama de inseguridad y falta de empleo.

Sin contar los sucesos de los primeros tres meses del año, marcados por los casos Metástasis y Purga, solo en abril ha sucedido una cadena de eventos que podrían influir en la decisión de los votantes, ya sea a favor o en contra de las once preguntas de la papeleta.

El incremento del IVA al 15 %, que provocó el alza de precios de combustibles y gas de uso doméstico.

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La detención del exvicepresidente Jorge Glas tras la incursión policial a la embajada de México, que derivó en el rompimiento de relaciones diplomáticas con ese país.

Los prolongados cortes de luz a escala nacional, debido a la escasez de agua en los embalses y que se dieron obligatoriamente aun cuando el presidente Daniel Noboa había prometido que no habría más apagones esta última semana. Por eso, el Gobierno maneja la tesis de un posible sabotaje en su contra, inició acciones legales contra 22 personas —incluyendo a la exministra de Energía Andrea Arrobo—, suspendió la jornada laboral por dos días y declaró un nuevo estado de excepción. Y, a consecuencia de la crisis energética, vinieron los racionamientos de agua potable.

Exministra Andrea Arrobo ‘conocía cómo decrecía el nivel de los embalses y no tomó acciones’, denunció exfuncionario de Celec

A ello se suman las trágicas muertes de los alcaldes José Sánchez y Jorge Maldonado, máximas autoridades de los cantones mineros Camilo Ponce Enríquez (Azuay) y Portovelo (El Oro), respectivamente. Ambos fueron asesinados esta semana, al estilo sicariato.

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En medio de todo, se agudizaron las disputas entre las organizaciones y actores políticos. La captura de Jorge Glas, por ejemplo, terminó por quebrar la alianza legislativa que había entre la bancada oficialista Acción Democrática Nacional (ADN) y el movimiento Revolución Ciudadana (RC), y agudizó la hostilidad entre el presidente Daniel Noboa y el exmandatario Rafael Correa.

Un ciudadano revisa un medidor de luz este jueves en Quito. Ecuador afronta apagones de hasta ocho horas por una grave crisis energética que obligó al Gobierno a suspender la jornada laboral y las clases escolares, el jueves y viernes, en medio de denuncias de presunto sabotaje ante el referéndum convocado para el domingo por el presidente Daniel Noboa sobre reformas en materia de seguridad, justicia y empleo. Foto: EFE. Foto: EFE

Las apuestas por el Sí y el No

Noboa y sus adeptos enarbolaron la bandera por el Sí a las once preguntas como parte de las soluciones que requiere el país para combatir la impunidad, el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción, para lo cual es necesario permitir la extradición. Para que las calles estén más resguardadas por militares. Que haya seguridad jurídica para atraer inversiones, gracias al arbitraje internacional. Y para que, con el contrato por horas, aumente el empleo formal.

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Daniel Noboa cerró la campaña por el sí con un conversatorio con jóvenes en Guayaquil

Sus detractores, en cambio, promocionaron el No a una o a todas las preguntas porque consideraban que para reformar leyes no se necesitaba un plebiscito. Que, de aprobarse el arbitraje internacional, habría consecuencias negativas para el país, por demandas de empresas multinacionales. Y que habría un retroceso en los derechos de los trabajadores si se diera paso el contrato por horas.

‘Once veces no a la consulta popular’ de Daniel Noboa, dijeron colectivos ciudadanos al cierre de la campaña electoral

Lo que ven analistas

Tres analistas políticos y de comunicación estratégica consultados por este Diario reflexionaron sobre el inestable terreno político en el que avanzó el proceso electoral, donde la única constante han sido acontecimientos abruptos, algunos hasta inesperados, que modifican el escenario y dificultan las proyecciones.

María Eugenia Molina, doctora en Comunicación para Gestión de Riesgo y Crisis, comentó que “cada una de las circunstancias que rodean el día a día de los ecuatorianos, y el día a día de cómo el Gobierno va enfrentando las situaciones, tiene repercusión en los votantes”.

Comentó que las contradicciones de las autoridades con la situación energética “no son temas menores”. “En comunicación de crisis, la regla fundamental es no mentir, no maquillar una crisis, no falsear la verdad”, dijo.

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Añadió que, en procesos de consulta popular, el sentimiento de la gente sobre el gobernante de turno y su equipo puede llegar a traducirse en un voto más emocional que racional, en este caso, respecto del contenido y consecuencias de las preguntas.

“Por eso se ve que, muchas veces, pese a los análisis, incluso encuestas, finalmente el día de la elección el resultado es otro, cuando se suponía que iba a ser uno. Hay que ver que en esta consulta y referéndum no estamos eligiendo candidatos. Y siempre las consultas han sido una especie de medidores de la popularidad del presidente de turno. Ha sido así la realidad”.

Pedro Donoso, consultor y director de la agencia Icare, observó que la falta de certezas, orden y los cambios continuos del panorama político han derivado en que Ecuador sea “un país de minutos”.

“Todos estos hechos, toda la entropía política que está sucediendo, hacen que no solo sea difícil medir los procesos políticos, sino también analizar. En Ecuador nada está en su lugar. De una u otra manera, los últimos años ese desorden político se ha profundizado mucho más, a tal punto que ni siquiera podemos identificar qué es lo que puede suceder el domingo (día de las elecciones). Para mí, es totalmente impredecible lo que puede suceder (en cuanto a los resultados de la consulta)”, resumió.

Francisco Montahuano, politólogo y comunicador, apuntó que el voto “promedio” del ecuatoriano se ajusta mucho a las coyunturas. “Tenemos una cultura política que tiene a votar por los personalismos y por los caudillismos”, anotó.

No obstante, dijo el experto, aquello no implica que los ciudadanos no reflexionen en absoluto en las preguntas de la consulta. (I)