El guerrero nunca pierde de vista aquellas cosas que permanecen o los fuertes lazos que se forjan con el tiempo. Puede distinguir entre lo que pasará y lo que durará.

El universo solo tiene sentido cuando tenemos alguien con quien compartir nuestros sentimientos.

Cada momento en la vida es un acto de fe.

Publicidad

Cualquiera que no comparte sus momentos de gozo y de desánimo con otros nunca conocerá del todo sus propias cualidades y sus propios defectos.

Ni tampoco construir o plantar. Los constructores pueden tomar años en sus tareas, pero un día culminan lo que están haciendo. Entonces descubren que están rodeados por sus propias paredes. La vida pierde significado cuando la construcción se detiene.

Luego están los que plantan. Ellos soportan tormentas y todas las muchas vicisitudes de las estaciones, y rara vez descansan. Pero, a diferencia de un edificio, un jardín nunca deja de crecer. Y aunque requiere de la atención constante del jardinero, también hace que la vida del jardinero sea una gran aventura.

Publicidad

Espero que las pequeñas cosas conduzcan a grandes transformaciones.

Los vencedores nunca cometen el mismo error dos veces. Esa es la razón por la cual el guerrero solo arriesga su corazón por algo que valga la pena.

Publicidad

La fe y la transformación son las únicas maneras de acercarse a Dios.

La vida puede cambiar de un segundo al otro, el momento justo siempre está allí, esperando, y la fuerza de voluntad de cada uno está constantemente puesta a prueba.

Nunca es demasiado tarde para vivir tu sueño.

Lo que llamamos vida es un tren con muchos vagones. A veces estamos en uno, a veces en otro y a veces cruzamos de uno a otro cuando soñamos o nos permitimos ser llevados de lo extraordinario.

Publicidad

La sabiduría y la experiencia no nos transforman. El tiempo no nos transforma. La única cosa que nos transforma es el amor. (O)