Aún en medio de la mudanza a su nuevo destino, donde se rodará el reality BLN en los estudios de Oromar TV, la presentadora Karin Barreiro dice que ya está acostumbrada a los cambios. “Ha sido un viaje intenso, de la Sierra a la Costa”.

Hace ocho años que entró como competidora, y tiempo después se convirtió en la host del show que empieza el 7 de mayo. “Se le debe al público una final, y vamos a arrancar con eso. Al siguiente día presentaremos a los competidores de la nueva temporada, el jurado calificador”, dice, asegurando que no todo será deporte sino que, como siempre, habrá también lugar para el espectáculo. Y que todo se verá tanto por la señal de televisión como en línea.

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“El éxito de un programa ya no se mide solo por su rating; hoy la gente consume las redes sociales, en YouTube. Si nos ponemos en una balanza, estamos hablando de que, por noche, nos llegan a ver más de 30.000 personas por YouTube, sin contar los que nos ven por la pantalla abierta. Antes se medía por el rating televisivo, pero ahora un programa se mide por el cariño que te demuestre el público en redes”.

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Y el riesgo, cree Karin, está en descubrir que el espectador “no te quiera”. Pero asegura que eso no les ha pasado nunca. “Siempre hay esa controversia de reality, de que apoyas a un equipo o al otro”.

Pero la historia de BLN muestra que hay amenazas adicionales, como Karin reconoce. “Lo que nos pasó en el último canal, en el que tuvimos una mala administración, en el movimiento del área de ventas. No es algo que esté pasando acá, vamos a salir con muchas marcas que están apostando por el programa, tal como hemos acostumbrado, y eso es bueno, ir con ese respaldo al programa, al canal y a los talentos”.

¿Y en su caso, siente que el público también se inclina por ella? “No lo sé, pero siempre he sentido el cariño, desde que era competidora hasta cuando me convertí en presentadora y luego en animadora. En Manta es maravilloso, la gente te escribe y se siente supercontenta de tener por fin en Manabí una producción ecuatoriana. Este programa nos ha permitido movernos a muchos lugares y que mucha gente se sienta contenta de tenernos en sus casas”.

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De hecho, ya están invitando a los interesados a acercarse para formar las barras desde el primer episodio. “Es impresionante lo que hace la gente para poder asistir”. Explica que solo hay que formarse en la fila y entrar, hasta completar el aforo, y se entra en orden de llegada al estudio que, como enfatiza, tiene 2.500 metros cuadrados, con piscinas y pistas. “Es una locura; a la gente le gusta el show, pero es muy exigente con el tema de la competencia, y eso es lo que en esta temporada va a abundar”. A eso se suman nueve rostros nuevos.

Aprendiendo de los errores para salvar BLN llevándolo a Manabí

Karin confirma que incluso antes de salir al aire por última vez en GamaTV, ya tenían la propuesta de trasladarse a Oromar TV. “Mi jefe me dijo: ‘Hay esta posibilidad. ¿Te unes o no?’”.

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Aceptó por varias razones. “La juventud no dura para siempre, la belleza tampoco, y por más que tu talento vaya enriqueciéndose y por más que tengas todas las características para ser un excelente animador, la televisión, bien o mal, pide eso. Mientras pueda aprovecharé mi juventud, mi energía... Y bueno, todo el mundo quiere trabajar”, dice la licenciada en Comunicación Social que cumplió ya 33 años.

“Yo no dejo ir ninguna oportunidad. Dije sí de una”, y lo mismo hicieron todos sus compañeros. “He estado en algunos realities, en algunos canales, y te puedo decir que hay una magia inigualable en BLN. Es una de esas familias que te protegen, que te permiten avanzar, ser tú misma, desarrollarte, experimentar. Creo que todos lo sienten igual y eso es lo que hace que todos remen para el mismo lado cuando toca”.

Karin ha sido parte de Apuesto por ti, Calle 7 y De casa en casa (TC Televisión), y actualmente está lista para una nueva etapa en Manta, su nuevo hogar junto a sus hijos de 9 y 2 años. “Ellos van a todos lados conmigo. Lamentablemente, mi esposo no puede acompañarme en cada recorrido hippie que tengo, pero estamos supercerca”, pues él es preparador físico y dirige un centro de entrenamiento en otra ciudad.

La mudanza y la nueva dinámica familiar obedecen a que se muestra convencida de que el programa va a retomar una buena racha. “No sabíamos si la gente iba a estar esperándonos, si desearían vernos, pero es así. Nos va a ir de maravilla”. Después de todo, es la segunda vez que tienen que salir del aire por incumplimiento de pagos. “Uno aprende de esos errores. Esta vez estamos manejándonos de manera distinta”.

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En cuanto a su seguridad, su resumen es: “No me meto con nadie, espero que nadie se meta conmigo. Tengo esa ley de vida. Mi mejor guardián es Dios. Estamos expuestos todos, pero trato de tener una vida hermética, no muy social, no salgo, no me expongo”. Si hay algo que está buscando en este momento es disciplina. “No soy muy disciplinada en el entrenamiento, pero estoy tratando de mejorar. Me gusta entrenar, correr, andar en bicicleta, hacer ejercicio”.

Pero no está tratando de hacer dieta. “Amo comer, peor aquí en Manabí, la comida es deliciosa, es inevitable, no hay manera de hacer dieta. Toca entrenar más fuerte”, suspira Karin, y evalúa las ventajas de su nueva ubicación, cerca de la playa. “Veo la caída del sol desde mi ventana. Es un regalo que me ha hecho Dios en medio del sacrificio de salir de mi hogar”. (E)