El atentado terrorista a la cadena TC Televisión, el 9 de enero de 2024, cambió la prioridad del Gobierno nacional. De un Daniel Noboa Azín que había llegado a la Presidencia de la República con la idea de promover el empleo joven, cambió su prioridad a atender la crisis de inseguridad y violencia. Ese día «todo cambió», asegura el secretario general de Comunicación, Roberto Izurieta Cánova. Desde entonces, la visión del régimen es atender el conflicto armado interno y su financiamiento con medidas económicas como el incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA), vigente desde este 1 de abril. La gente apoya la medida porque se está trabajando en la seguridad, refiere Izurieta, quien cree que estas acciones requerirán de atención a largo plazo y no surtirán efecto sin apoyo a la consulta popular y referéndum del 21 de abril que impulsa Noboa. Su criterio es que los actores políticos y sociales vean en el plebiscito la «unidad de causa». «Estabilicemos el país, como un avión que está en una tormenta... a riesgo de perderlo todo. Estabilicemos este vuelo y después que comience» la promoción electoral para las presidenciales del 2025.

En estos primeros cuatro meses, ¿cómo evalúa la gestión del gobierno?

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El candidato, en ese entonces, Daniel Noboa, hace su campaña electoral con un mensaje central del empleo, empleo para los jóvenes. Ese era el objetivo, la prioridad principal. Por supuesto, los hechos de seguridad continúan complicándose y llegan a esta situación absolutamente inaceptable, trágica, que produce un quiebre en las relaciones sociales, en las relaciones del Estado con la violencia. Esto es cuando se dio la toma del canal TC Televisión. Hay ciertos hechos históricos que debemos constantemente recordarlos por el significado que tuvieron y la amenaza que representaron. Lo que esos muchachos dijeron en la toma del canal 10 era sumamente grave: ‘Aquí mandamos nosotros… Queremos que el presidente se ponga en esa cámara porque le vamos a dar instrucciones’. A ese nivel llegamos. Esos 40 minutos, que lo vivimos no solo entre los ecuatorianos, sino el mundo entero, nos llegó al alma de la nación. ¿Qué sentido tiene el Estado si unos delincuentes pretenden darle instrucciones al presidente de la República y dicen claramente que aquí mandan ellos? Todo cambió en función de ese día. El presidente dio la instrucción de que se protejan las vidas y ese operativo fue exitoso. Ese hecho nos marcó a los ecuatorianos, a las Fuerzas Armadas, de la gravedad, de la urgencia y la emergencia que afrontábamos. Todo cambió después de eso. Y cambió como debía ser, con una respuesta firme, fuerte, prudente, profesional del Gobierno, de las Fuerzas Armadas y de la Policía.

¿Es decir, que si no re enfocaban la mirada, Ecuador sería ingobernable?

Llegó un momento en el cual se requerían medidas urgentes, firmes y fuertes, y nos obligaron a cambiar de prioridades.

¿Hubo alguna alerta de que algo así se preparaba o fue sorpresivo?

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El presidente estaba procesando, analizando, consultando, trabajando en medidas de esa naturaleza. La violencia había subido, yo diría, los últimos dos, tres años a niveles inaceptables. Y se estaba trabajando en eso. Y simultáneamente, o de manera casi paralela, se dio este hecho. Sobre este hecho no existió, obviamente, ninguna alerta, nos sorprendió a todos.

Este suceso propició el respaldo de la Asamblea y las funciones del Estado al régimen, que en estos meses le han sido favorables, con el apoyo a leyes urgentes, como esta para financiar el conflicto armado interno que subió el IVA. ¿Se ha evaluado el impacto a la aceptación o imagen del Ejecutivo?

Nosotros enfrentamos dos crisis de manera simultánea. Habría sido ideal en una planificación básica ir de objetivo en objetivo, primero la seguridad y después todo lo demás. Pero la urgencia de la caja fiscal en la situación que lo recibimos nos obligó a hacer algo que pocas personas consideraban que teníamos el valor de hacerlo. Pero la ciudadanía, no solamente la Asamblea, por primera vez, frente a decisiones que son difíciles, entendieron la urgencia y el proceso fue mucho más maduro de lo que nos habríamos imaginado. Una cosa es cuando se pide un apoyo de la ciudadanía para lograr algo y, otra cosa es cuando estás haciéndolo. Estás demostrando resultados y ahí le pides el apoyo. La ciudadanía responde mejor cuando no le estás pidiendo algo para hacer algo, sino que estás haciendo algo y le estás pidiendo ayuda para continuar haciendo eso. No nos olvidemos que a partir de la toma de Canal 10, se dio también la toma de las prisiones, existían secuestrados y ese proceso duró más o menos diez días. Entonces, la ciudadanía era testigo y entendió esa situación. Por eso, cuando yo vaya a cargar el tanque de gasolina la próxima semana, voy a tener que pagar 65 centavos más y creo que existe mucha seriedad y madurez del pueblo para saber que pagar esos 65 centavos es muchísimo más barato y eficiente que seguir viviendo en esta amenaza donde, sobre todo los comerciantes pequeños, sufren lo que son las ‘vacunas’ (extorsión). Este es un proceso que va a tomar tiempo y recursos.

Sin embargo, las críticas al Gobierno se dan porque en campaña electoral ofreció no subir impuestos.

El Ecuador vivió un hecho extremo, emergente, que nadie se habría imaginado y que requiere de recursos. Hemos pedido a la comunidad internacional que coopere, porque estas son causas compartidas. Y, esta lucha también la estamos librando a nombre de todas las naciones democráticas, progresistas, que quieren vivir en paz y en orden.

¿Cómo ser honestos con la población, justamente, cuando dicen que no va a subir los costos de los productos de la canasta básica, pero en la realidad sí suben?

Eso es aprovecharse. Efectivamente, se han dado las instrucciones, porque eso es otro problema distinto, es gente que se quiere aprovechar y siempre existe. La primera reacción es de nosotros, los consumidores, no permitir que eso pase, se puede denunciar.

Otra medida que se discutía era la focalización de los subsidios a los combustibles, qué avances hay al respecto.

Es un tema que el país lo ha discutido. La conversación, creemos que es parte de la democracia y es útil. Hay propuestas de muchos analistas, de cómo solucionamos los problemas del Ecuador. El ministro de Finanzas ha acogido los distintos análisis, propuestas que hace la sociedad. De eso, a decir que existe un plan dentro del gobierno a ser ejecutado, son dos cosas distintas. Pero no hay una decisión, absolutamente no.

QUITO (02-01-2024).- Roberto Izurieta, secretario general de Comunicación de la Presidencia, durante una entrevista con El Universo, en su despacho, en el Palacio de Carondelet. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Los grupos sociales pueden empezar a reaccionar a las medidas económicas. ¿Se están alistando para ello?

Ha comenzado una campaña electoral, en la cual muchos de los actores políticos utilizan los únicos instrumentos de los cuales tienen capacidad de uso, porque generalmente no tienen los argumentos ni la fuerza democrática para hacerlo. Cuando no se tiene la fuerza democrática utilizan otra clase de acciones de fuerza. De nuevo, la democracia acepta, da la bienvenida a la libertad de expresión y a la protesta. Es parte de la democracia. Lo que la democracia no permite es el uso de la fuerza para que un sector imponga a otro su punto de vista. Eso no es aceptable en la democracia y está en contra de la ley.

A propósito de campañas políticas. El presidente, como proponente de la consulta popular y referendo, siendo un servidor en funciones, no puede hacer campaña por el Sí. ¿Cómo se va a preparar para explicar esas preguntas y tener respaldo del electorado?

El Consejo Nacional Electoral expresó que el presidente de la República puede hacer campaña por el Sí, porque es uno de los proponentes.

Bueno, fue una opinión de Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral.

Una opinión, correcto. Nosotros, como Secretaría de Comunicación, no estamos haciendo campaña por el Sí. Lo que sí estamos haciendo es un proceso cívico, democrático, en el cual debemos resaltar qué es lo que está en juego y lo de fondo en esta consulta. Pocas consultas en la historia del Ecuador han sido tan significativas. Podría afirmar con mucha certeza, que la mayoría está de acuerdo que el Ejército tiene que acompañar a las autoridades civiles y a la Policía en operativos sumamente delicados para combatir, afrontar, detener y perseguir a aquellos que están promoviendo la violencia. De eso se trata la consulta. El Ecuador ha ido resolviendo esos problemas con ciclos de declaraciones de estado de excepción que tienen dos meses de duración y después se vuelve para atrás. Entonces, los delincuentes se repliegan, esperan los dos meses y comienzan la ofensiva. La ofensiva que hemos estado teniendo, quizás en las últimas dos semanas, es porque se están preparando para que eso llegue a un límite. La única solución a ese problema es la consulta popular y el referéndum, donde el pueblo diga con total claridad cuál es la línea con la que vamos a afrontar este reto. Si es que el Ejército debe seguir en las prisiones, donde existen amenazas a la seguridad. ¿Queremos que sigan o que no? Lo que hace la consulta es preguntar si eso es lo que necesitamos, si eso es válido y debemos dar los instrumentos legales para hacer de esto, cuando sea necesario, conforme a la amenaza, una política de Estado que no requiera una situación extraordinaria.

¿Cómo va a posicionarse esa explicación sin usar los recursos públicos?

Todos tenemos que hacer esfuerzos. Efectivamente, la comunicación en los tiempos modernos es un reto para todos. Si bien la tecnología nos ha salvado de la pandemia, nos permitió trabajar en remoto, nos permite una mayor comunicación y otras ventajas, al mismo tiempo, hay retos en cuanto a noticias falsas. El trabajo es mucho más complicado, pero hay que hacerlo.

¿Será una estrategia que algunos ministros de Estado divulguen el contenido de las once preguntas?

Este es un gobierno de gente joven. El país votó por un cambio. Eso no significa que un gobierno sea excluyente con personas como yo, que tengo 61 años. Se ha buscado un balance, una mezcla, una integración, que es fruto de la diversidad de género, de edad y regional. Si es que se habría votado por la vieja política tradicional, tendríamos un gobierno con un gabinete de los conocidos políticos que tienen un proyecto político. Que no hay nada de malo en eso, en principio. Soy secretario de Comunicación, pero mi trayectoria han sido las campañas electorales y he trabajado con más cinco presidentes en América Latina en los últimos 30 años. He tenido innumerables conversaciones con el presidente y con su equipo y puedo decir que no ha llegado ni al 1 % en las conversaciones, la reelección (presidencial). ¿Qué dice eso? Que es un gobierno que está concentrado en el quehacer emergente y urgente que estamos viviendo. Estamos realmente concentrados en esto. En la política y en la política electoral es esencial el cuándo, el qué y el cómo. Cuando hay un líder, hay un proyecto político, con una legítima ambición y un legítimo deseo. No hay ningún problema en eso. El cuándo: después de la consulta. ¿Por qué? Porque lo que está en juego en la consulta es el país. Porque si no controlamos la seguridad, ¿de qué país quieren ser líderes? ¿Qué país quieren? La consulta es esencial para definir qué país quieren gobernar. Y en eso deberíamos tener lo que el pueblo ecuatoriano, en mi opinión, tiene: unidad de causa. Estabilicemos el país, como un avión que está en una tormenta, a riesgo de perderlo todo. Estabilicemos esta existencia, este vuelo. Y después que comience.

La recomendación es que, después de la consulta, todos los actores políticos pueden desatarse para las elecciones presidenciales del 2025.

Es democracia. La gente puede hacer campaña ahora. Lo que yo he dicho es que, me parece un error para sus propios objetivos. Las campañas anticipadas, primero, son ilegales. Pero eso no es tan grave como es grave que no es el momento.

¿Eso se lo ha dicho al presidente Noboa también?

No, no, no. Todos lo conversamos. O sea, para clarificar. La gente está en sus legítimos derechos de hacer campaña. Estamos en campaña. Y estamos viendo una serie de consecuencias de eso. Estamos viendo cómo sectores informales, sectores violentos del crimen organizado quieren aprovecharse de este momento para cumplir sus objetivos. Eso es real. Si a mí, como consultor, algún candidato —que no lo van a hacer porque soy ministro de Estado— me consulta cuándo es el mejor momento para lanzar e iniciar su campaña presidencial, lo que yo le diría con toda claridad: después de la consulta. Antes no. ¿Por qué? Porque la consulta es una causa nacional. (I)