Como parte de las actividades de Semana Santa se realizó el tradicional arrastre de caudas en la Catedral Metropolitana de Quito. El evento religioso se inició a las 16:00 de este miércoles, 27 de marzo.

Esta ceremonia, arraigada en la historia de la ciudad, tiene sus raíces en una práctica del ejército romano que se remonta hace más de 400 años, cuando se utilizaban grandes banderas en los funerales de generales y soldados ilustres.

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Actualmente, esta tradición religiosa es preservada únicamente en Quito, a nivel mundial, y convoca tanto a fieles católicos como a turistas que buscan experimentar la espiritualidad única de la Semana Santa en la capital ecuatoriana.

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El arrastre de caudas es un evento de acceso gratuito para todo el público, aunque el ingreso a la iglesia se realizó conforme al aforo permitido, que en esta ocasión fue de 700 personas.

Arrastre de Caudas en la Catedral de Quito

Publicado por El Universo en Miércoles, 27 de marzo de 2024

Para garantizar la seguridad de los asistentes se desplegó un amplio operativo en los alrededores de la Catedral, especialmente en la calle García Moreno, por donde accedieron tanto los medios de comunicación como los fieles e invitados.

En las proximidades se encuentra un vallado metálico que protege al Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia de la República.

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Esta ceremonia, arraigada en la historia de la ciudad, tiene sus raíces en una práctica del ejército romano que se remonta hace más de 400 años. Foto: Carlos Granja Medranda

Como en años anteriores, una pantalla gigante se instaló en la zona norte de la Catedral, en el graderío que comunica a la plaza Grande. Sin embargo, las sillas plásticas estuvieron vacías, a causa de la constante lluvia que registró la capital.

La ceremonia se dividió en dos partes: en la primera se entonaron cánticos, salmos y oraciones, creando un ambiente de recogimiento y espiritualidad. Y en la segunda parte, los “canónigos” iniciaron una procesión dentro del templo, arrastrando enormes capas negras que simbolizan los pecados del mundo.

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Acompañados por seminaristas, portando cirios que iluminaban su camino, y un acólito custodiando la “cauda”, los participantes avanzaron solemnemente.

En el centro de la procesión, un sacerdote llevaba una bandera negra con una gran cruz roja, representando el luto y la sangre de Jesucristo.

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El arzobispo llevó en las manos el lignum crucis o verdadera cruz, llamada así porque en su interior tiene una de las astillas del madero donde fue crucificado Jesús.

Una reliquia invaluable que conserva la Iglesia católica en Quito y que únicamente puede ser vista en esta ceremonia religiosa.

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Al regresar al altar, los “canónigos” se postraron en el suelo, cubiertos por las capas negras. En un momento culminante, el arzobispo ondeó la bandera sobre el altar, los sacerdotes y la parte frontal de los asistentes, golpeando luego el suelo con el asta, señalando el triunfo de Jesús sobre el pecado.

Finalmente, los participantes se levantaron, dejando atrás las capas negras, en un gesto simbólico de redención y renovación espiritual.

El arrastre de caudas en la Catedral Metropolitana de Quito es más que una tradición centenaria, es un testimonio de la fe y devoción que caracterizan a la Semana Santa en Ecuador.

Esta celebración anual sigue atrayendo a personas de todo el mundo que buscan sumergirse en la historia y espiritualidad única de esta época del año. De hecho, se prevé que se convierta en uno de los patrimonios que mantiene esta capital. (I)